Vamos a necesitar como ingredientes:
- 1 cebolla.
- 1 cucharada de aceite de oliva.
- Sal común.
Pelamos la cebolla y la cortamos en juliana. Cortar en juliana es hacer rodajas finas de cebolla formando medias lunas. La mejor manera de lograr este corte es cortar la cebolla en dos mitades de arriba a abajo de la cebolla. Colocamos la cebolla sobre la zona donde hemos realizado el corte y haremos cortes paralelos desde una punta de la cebolla a la otra por el lado más estrecho.
Una vez cortada la cebolla, la añadimos a una cazuela con el aceite y ponemos sal por encima. El objetivo de la sal es ayudar a que la cebolla sude, no salar la cebolla, así que no se debe añadir en exceso.
Tapamos la cazuela y dejamos que se vaya haciendo con un fuego bajito y de vez en cuando le damos vueltas para que se vaya haciendo toda la cebolla por igual. Lo dejamos al fuego durante un mínimo de 30 minutos, hasta que veamos que la cebolla se va poniendo blanda y más transparente.
Una vez que veamos que ha alcanzado el punto correcto retiramos la cebolla del fuego y está lista para servir.
¡A disfrutar!
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